"¡Que delicia encontrar un libro que transmite tantas emociones!", así comienza la reseña de la librería Abracadabra, de la que extraemos algunos fragmentos:

"Pequeño pájaro de tierra" es la historia de un topo "tan pequeño como una hoja de roble" que desde la primera frase del libro nos anuncia con convicción "¡Yo quiero volar!". Pero atención, este no es uno más de esos muchos libros que quieren hacernos creer que se puede conseguir cualquier cosa que te propongas, no, por fortuna, este libro no cae en el tópico y en cambio nos ofrece una hermosa aventura (con un final maravilloso que es un certero homenaje a los deseos y a la imaginación) de un protagonista pequeño, pero valiente y decidido y muy soñador.

El texto tiene esa rara virtud de expresar muchas cosas con pocas palabras, y además lo hace con gracia y dejando una ventana abierta a la fantasía. La ilustradora abre esa ventana de par en par y nos regala unas composiciones increíbles con simpáticos detalles y una extraordinaria habilidad para hacer de cada doble página un mundo en sí mismo (...).

Es un placer descubrir en sus ilustraciones imágenes como la del pequeño topo, con gafas de juguete, leyendo sentado en el váter, o el vendaje en la cresta del gallo, la rana sentada en la cabeza de la cigüeña, el viento que sopla de una guarda a la otra y muchos, muchos más...".

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"¿Quien no ha deseado con sus fuerzas algo que es imposible? (...) acompañamos al pequeño topo en una aventura muy terrestre, cuajada de ranas, caracoles o lagartijas y, donde, gracias a las ilustraciones de Eva Muggenthaler, sentiremos el polvo y el olor a barro. Porque la aventura del pequeño pájaro terrestre no se lleva a cabo en el cielo, sino en su mundo terrestre. Y tal vez nunca pueda volar como los pájaros del cielo, pero sí como un genuino pájaro de tierra.

Un libro que nos habla de la importancia de luchar por los sueños y del esfuerzo que muchas veces cumplirlos supone"(Cuento a la vista).