El pasado sábado 17 de diciembre, Rosalía Torrent, profesora de Estética y Teoría de las Artes de la Universidad Jaume I de Castellón presentó en la librería Babel de Castellón el libro de Dora Sales y Enrique Flores "Y oyes cómo llora el viento". En el acto estuvo acompañada por la autora, que respondió a las preguntas de los asistentes y firmó ejemplares de su libro.

Reproducimos a continuación el texto de Rosalía Torrent en la presentación del libro:

"Tres frases como tres cuchillos nos sitúan en este libro escrito por Dora Sales e ilustrado por Enrique Flores. La primera se refiere a una pistola. El niño que la recibe dice de ella: 'Me la dieron hace tiempo. Entonces pesaba mucho. Pero cada vez pesa menos'. El niño ha crecido con ella en la mano, ha sido su instrumento de trabajo, el trozo de metal que le daba de comer. Cada vez pesa menos, y cada vez es más difícil escaparse de lo que ella significa.

La segunda frase, dura y tierna, pronunciada por el mismo niño, se refiere a un abrazo: 'No recuerdo cuándo me abrazaron por última vez. Sólo recuerdo que daba calorcito'. Cercano a las balas, lejos del cuerpo, así ha crecido el protagonista de este escrito. La imagen que acompaña a esta frase es dulce y expresiva. 'En esta posición estaba yo esta mañana con mi hija', me dice una amiga cercana. El texto rompe con un escalofrío la fragancia del dibujo.

La tercera frase ya no es del niño protagonista, sino de una trabajadora social: 'No sé si trabajamos contracorriente. Pero sí sé que lo hacemos contra la suerte' -dice. Porque niños como el protagonista de este libro no han tenido ninguna suerte. Nacieron en un lugar despojado de la suerte. Uno de tantos escenarios en los cuales, como hoy Alepo, la suerte se ha dado en retirada.

Escueta, sin ninguna concesión a la sensiblería, Dora Sales nos narra una historia dura, en la que no hay una palabra de más, ni una de menos. A modo de pequeños aforismos, nos lleva a la cruda realidad de miles de niños en tantos países.

Hay una idea muy generalizada de hurtar a los niños a las lecturas con historias tristes. Lorenzo Rodríguez, el editor de Lóguez, por el contrario, afirma:

"Es la capacidad de los autores (...) lo que consigue convertir un tema en un mundo lleno de sensaciones (...) el tema puede ser triste o de contenido social, pero el lector, niño o adulto, no lo recordará como algo triste o pesimista. Se acordará de él como un momento de feliz encuentro con la capacidad creativa de los autores".

Efectivamente, para quienes lo hemos leído, ha sido un feliz encuentro.

Dora, gracias por la historia de este niño sin nombre, no tiene nombre porque puede ser todos los niños a quienes la suerte ha abandonado. Aunque antes que la suerte ya le habían olvidado quienes tienen en sus manos acabar, o al menos paliar, el fuego destructor de la violencia" (Rosalía Torrent).