Canal Lector, siempre atentos a las publicaciones dirigidas a niños y jóvenes se hizo eco de la publicación de este libro con una reseña que reproducimos íntegramente:
" El siroco ha derramado en el desierto las palabras del poeta. Kinti descubre un pequeño tesoro, compuesto por una honda, un poemario, el Corán y un cayado, entre los restos de un camello. De los libros escapan los versos que transformarán su vida, una
música distinta que se refuerza en boca de los seres queridos. Una partitura nunca antes imaginada que ha llegado hasta aquellas latitudes desde la península. Las palabras se fusionan con los elementos de la naturaleza y trazan un puente entre culturas a través de las potentes e imaginativas ilustraciones, de corte onírico, entre las que distinguimos al protagonista, constituyendo un sincero homenaje a Miguel Hernández. Aquellas rimas servirán a Kinti para seguir difundiendo la voz de la tierra e inspirar nuevas composiciones que acompañen su camino. El despliegue gráfico, nacido entre la bruma y el jaloque, impacta en el lector y despierta todos sus sentimientos".
Boolino, la plataforma de recomendación de libros infantiles y juveniles, escribe: "
Silbo del dromedario que nunca muere es un libro especial, magníficamente ilustrado, que nos habla del paso del tiempo, de la vida, de la muerte..., de las relaciones familiares y de las tradiciones culturales. Un libro que a la vez nos plantea y refleja la dureza de la vida nómada en el desierto del Sáhara, donde Kinti, el protagonista, descubrirá la magia de la poesía".
Recientemente la revista
Peonza, en su número #123, destaca la calidad del conjunto de la obra de Gonzalo Moure y su trayectoria que le hicieron ganador del
Premio Cervantes Chico 2017 y hace una extensa reseña del libro:
"... Con una prosa muy cuidada, poética, deja memoria de lo que un día sucedió, y eleva un canto a la poesía y al entendimiento entre los seres humanos. Una historia muy bella que encierra una parábola sobre el poder de las palabras, que pueden actuar como una corriente de aguas subterráneas en el acercamiento entre personas de distintas culturas.
En sintonía con el texto, las imágenes a doble página de Juan Hernaz, enriquecen la historia con motivos que remiten a las historias contadas bajo la jaima. Diseñador gráfico y gran ilustrador, amigo de la naturaleza, el paisaje y los árboles, sus imágenes nos transportan con la fuerza del color y su carga poética a un universo de gran belleza plástica que le añade atractivo al libro.
Para la reflexión, sí; pero también para el disfrute de los ojos, del corazón, la inteligencia y la sensibilidad de los lectores, esta historia para todas las edades"
(José Luis Polanco, Peonza).