La colección EcoLóguez y los libros de Katrin Wiehle han sido de los primeros que nos enseñaron cómo inculcar el amor por la naturaleza en los niños y el respeto por la misma desde el propio material con el que están hechos. Con motivo de la publicación de su nuevo libro, Yo soy la Ardilla, entrevistamos a su autora.


Como bien sabemos, en el entorno literario, nos encontramos con un mercado saturado en el que los "libros glosario" o "libros compendio de especies animales" tienen asegurado su hueco en las estanterías de librerías y bibliotecas. En tus libros, vemos un estilo personal que nos encanta tanto por su contenido como por su compromiso ecológico. ¿Cuáles crees que son tus elementos diferenciadores?

Trato de aportar no solo información básica sino dejar que los animales hablen de sí mismos y de lo que hacen durante el día con un toque de humor. Los animales tienen personalidad y hablan a los niños directamente captando su atención. Además, los libros son naturales por dentro y por fuera y, por lo tanto, el compromiso con el medioambiente es real.

Sigo muy emocionada con el material. Me encantan los tonos naturales y los tonos tierra, ellos constituyen una gran parte de mi trabajo. Poder trabajar sobre papel marrón fue fascinante para mí. Adoro la sensación que me aporta y el aspecto que tiene. Además, poder usar el blanco como un color más hizo que mis posibilidades se ampliaran.

Tus libros 100% naturales, hechos con el 100% de papel reciclado e impresos con tintas ecológicas, llevan consigo un complicado proceso para que sean respetuosos con el medioambiente. ¿Cómo ha sido a nivel artístico trabajar con tintas ecológicas y con un cartón que ya parte de un color base que debes tener en cuenta para el resultado final? ¿Ha supuesto alguna limitación o condicionante?

Me llevó un tiempo imaginar cómo se verían los colores sobre el cartón. Hubo mucho ensayo de prueba y error en los primeros libros. Al final resulta difícil predecir las variaciones de color del propio cartón y otras pequeñas manchitas. Es un proceso natural, después de todo.

Una de las cosas que más nos gusta es tu capacidad para representar especies tanto animales como vegetales de una forma fácilmente identificable destacando los elementos clave para su reconocimiento. Tus álbumes respiran armoniosos con mensajes que también ayudan a que no solo sean libros informativos. ¿De dónde viene esta motivación por la naturaleza?

La naturaleza es mi lugar feliz y siempre lo ha sido. Crecí en el campo en medio de bosques, campos y toda clase de animales.

Hay muchas cosas que descubrir y aprender ahí fuera. En los últimos años, se ha hecho más evidente lo importante que debería ser para todos nosotros.

Creo que, ciertamente, hay una motivación de querer despertar ese interés y amor por la naturaleza en otras personas, especialmente en los niños.

No sé si sabes que tus libros están entre los favoritos de grupos pedagógicos como el Institut de la Infància para la creación de sus minimons (minimundos), una propuesta de juego libre y desestructurado donde los niños interaccionan con los libros y con las piezas que ofrecen las profesoras. ¿Los conoces? ¿Crees que enriquece el propio libro este tipo de actividades?

No lo sabía, pero me ha emocionado oírlo y buscar fotos de lo que hacen. ¡Son superchulas! Me encanta cuando los libros se usan para otros fines más allá de la lectura y creo que las imágenes de los libros son ideales para eso. Realmente tienen el potencial para despertar la creatividad en los niños.

Mis libros funcionan muy bien para pequeñas actividades porque enseñan un montón de cosas de la naturaleza que nos rodea a diario. Solo necesitamos encontrarlas ahí fuera.

¿Conoces algún tipo de actividad como la que te comentamos que se hace con tus libros en España? ¿Has orientado alguna vez tus workshops hacia el público infantil o está más dirigido a adultos? ¿Alguna idea que hayas puesto en práctica y que sea interesante para los lectores de habla hispana?

La mayoría de las formas están muy simplificadas y para ellos es fácil copiarlas. He visto a niños trazarlas y también a gente hacer pequeñas versiones de cartón de los animales y ponerlos en palitos para que "anden" por el libro. También puedes usar el libro como una guía para un juego de búsqueda en la naturaleza.

Hago talleres para mi hijo de cuatro años de forma habitual, ja, ja, pero profesionalmente solo he dado clases para adultos.

Algo que me gusta personalmente es hacer fotos o recoger plantas de la zona cuando viajo a un nuevo sitio y luego tratar de dibujarlas. Es una gran actividad para un libro de bocetos y a la vez muy entretenida para hacer con los niños.

Por experiencia propia, sabemos que los niños retienen los nombres y luego son capaces de identificar a los animales que dibujas en la naturaleza. ¿Eres consciente de que tus libros están formando a pequeños zoólogos?

¡Ja, ja! Es una buena manera de verlo. Espero que sea así. Siempre trato de introducir un animal al azar o algunas palabras que vayan más allá del típico vocabulario de un niño y que pueda ser algo nuevo para ellos. Su habilidad para absorber palabras y retenerlas es increíble e impresionante.